Y aveces pensas que con un saque salado vas a entender mejor a Doctoievsky, pero te la pasas dos horas en la biblioteca viendo pelotudeces en las hojas y letritas que te parecen simpáticas, y te arde la nariz más de lo normal,
-y... con este clima ¡¡¡que queres!!!- le decis a tu amiga que no sabe lo del saque.
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