(Bukowski)

bukowski a dicho: "la manera de terminar un poema como este
es quedarse de pronto callado."



Ni que Prometeo me traiga el fuego de los dioses tristes y aburridos, que en su afán de divertirse, nos sacan granos en las narices.
Ni que Tirso de Molina me invente un amante a mi medida, que no soy Eva y sin embargo Adán me debe una costilla.
A pesar de ser de barro moldeados por un dios, ese dios no es cristiano y sería incesto si fuéramos hermanos,
Que aunque mi ley no sea más que la del deseo, viene un hijo de Caín con su placa del destierro y pone la ley que precisamente no trata de romances ni Romeos.
Y fuera del Edén, por comer manzanas del pecado a falta de crème brûlée, no pretendas que abra la caja,
 ni que fuera tu Pandora, ni que cantaras como Gardel,
Quedate con la duda, que me la quedo yo también, pero ni Zeus ni Magoya, ni tampoco Goya me quitan lo bailado. Ni lo hablado. Ni lo amado.
Ni que no hubiéramos intentado ser inmortalles, ni que hubiéramos intentado ser normales. Que tanta pasión no hubiera soportado un tallo de cañaheja para todos los mortales.
Y en nuestro egoísmo, en nuestro ego, y también en el ismo, nos vimos en el abismo, de tanta gente en el jardín, o tanto jardín de gente. Y abrimos la cajita y fui Pandora y Cantaste como Gardel y era Eva y a Adán le faltaba una costilla. Y Prometeo trajo el Fuego, y no hubo más ley que la mía, que la del deseo. 

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