en vez de pelear me puse a correr
pero ya sentire esa culpa entre las piernas, que extrañan la cera de ese piso, donde dibujaban firuletes los tacones y gamuzas.
Ya te mojaré de vuelta, el ruedo del pantalón bajo los edificiós, bajo el gris del cielo, y capás
muerda las cicatrices que aún no cierran
y en el hondo bajo fondo, donde el barro se subleba,
otra vez resonaran mis tacones por el pasillo, olvidando capaz una media y la verguenza.
Pero suspirá, que no es tan liviana mi pena, ya sentiré esa angustia en la piel, esa culpa entre las piernas. Suspirá, la vida es una herida absurda.
pero ya sentire esa culpa entre las piernas, que extrañan la cera de ese piso, donde dibujaban firuletes los tacones y gamuzas.
Ya te mojaré de vuelta, el ruedo del pantalón bajo los edificiós, bajo el gris del cielo, y capás
muerda las cicatrices que aún no cierran
y en el hondo bajo fondo, donde el barro se subleba,
otra vez resonaran mis tacones por el pasillo, olvidando capaz una media y la verguenza.
Pero suspirá, que no es tan liviana mi pena, ya sentiré esa angustia en la piel, esa culpa entre las piernas. Suspirá, la vida es una herida absurda.
muy muy bueno.
ResponderBorrarAbrazos totales