Desperezarse bajo el aire caliente, bostezar con la cabeza estirada hacia atrás,
apoyar las zapatillas de lona rasgada sobre el polvo del camino,
mirar la puesta de sol, los naranjas, rojos,
amarillos acariciando los cerros verdes,
azules, violetas. Los cerros besando el cielo y el cielo llorando
en las pieles
de los que no tienen tiempo para levantar el mentón y decir:
- La puta... que cielo de la concha de la lora-
y sonreír de cara a la llovizna por que si, ¿porqué no?.
Me quedo con el porque sí. Muy lindo. "los cerros besando el cielo y el cielo llorando en las pieles" buen pasaje, buena imagen.
ResponderBorrarsaludos totales.